30 de abril de 2012

Holanda celebra un "Día de la Reina" ensombrecido por la crisis y el drama de la Familia Real

[FOTOGALERÍA] La reina Beatriz será protagonista, una vez más, de la fiesta nacional holandesa, pero está decidida a continuar a la cabeza del pais durante estas épocas difíciles. El Día del Rey tardará un poco en llegar.


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Holanda celebra hoy el Día de la Reina (Konninginnedag) sin modificaciones del programa festivo, pese a que el príncipe Friso se encuentra hospitalizado en Londres en estado de coma desde que fue sepultado el pasado febrero por una avalancha de nieve en Austria.

El programa de esta fiesta nacional holandesa no se ha cambiado por expreso deseo de la reina Beatriz, que desde que ocurrió el accidente de su hijo, el pasado 17 de febrero, ha mantenido su agenda pública, queriendo reservar la situación del príncipe Friso en el terreno privado.

Los festejos, tradicionalomente muy alegres en todo el paísn serán si embargo muy diferentes a los de los otros años, ante nada por la delicada situación económica que atraviesa el continente europeo. Además, Holanda se prepara para acudir a las urnas por quinta vez en la última década, después de que la reina Beatriz haya pedido unidad a los partidos políticos para celebrar elecciones el próximo 12 de septiembre.

El corazón de Beatriz durante el Konninginedag estará en Londres, donde según informa el periódico "De Telegraaf", viaja casi todos los fines de semana a visitar al príncipe Friso, sin por ello descuidar su apretada agenda de jefa del Estado.

En total se desplegaron 1.250 agentes policiales para proteger a la reina y su familia durante la visita que efectuaron a las localidades de Rhenen y Veenendaal. Asimismo se instalaron cámaras y se investigaron los antecedentes de las personas que residen a lo largo de la ruta que realizó la comitiva real, como así también los integrantes de las asociaciones y organizaciones presentes en la fiesta popular.

Las medidas de seguridad en el Día de la Reina se han incrementado desde que en 2009 un joven trató de embestir con su coche el autobús en el que viajaba la Familia Real, en la ciudad de Apeldoorn (a unos 90 kilómetros de Amsterdam). El vehículo se saltó el perímetro de seguridad y atropelló al público que esperaba al paso del convoy real, causando ocho muertos, incluido el agresor, y 22 heridos.

Las localidades de Rhenen y Veenendal (este del país) dieron la bienvenida a la reina Beatriz y su familia. Desde hace meses ambas municipalidades han estado abocadas a los preparativos. Se estima que un millón de personas llegó a Amsterdam este lunes, y la ciudad se convirtió en un mercado gigante, mucha cerveza y música viva en todos lados. El alcalde Eberhard van der Laan prometió reducir el número de gente que llega a Amsterdam, como parte de las celebraciones de años pasado porque producen horas de atascos en y alrededor de la ciudad.

Beatriz paseó por las calles de Rhenen saludando al público allí congregado, apretando manos y con una amplia sonrisa, a pesar de que se trata de una celebración que, al menos en la intimidad, es triste. "Ha sido fantástico. He podido cruzar unas palabras con ella", comentó emocionada una habitante de la población. "Genial, increíble", comentó una niña a las cámaras de la televisión pública NOS, que transmite el evento en directo. Esta es una de las pocas ocasiones en que la población holandesa, que mayoritariamente apoya a la monarquía, tiene ocasión de saludar y hablar directamente con la reina.

Vestida de azul, sombrero a juego, y con un ramo de flores en la mano, la reina Beatriz se paseó por las calles principales de Rhenen, un pequeño pueblo de origen medieval con catedral y calles con trazado de la época.

El buen tiempo, soleado y seco, acompañó los primeros actos de la fiesta. Los ciudadanos de Rhenen colocaron mesas y sillas en el exterior para disfrutar de la visita de la reina. Varias tiendas de campaña fueron colocadas en la calles y se prepararon platos típicos de la gastronomía local. El príncipe Guillermo se vistió un delantal y, a modo de "chef" improvisado, sirvió varios platos a los ciudadanos allí congregados.

Bufandas, banderitas tricolores holandesas (rojo, blanco y azul), coronas reales hinchables de color naranja o suelta de globos, formaron parte del ambiente festivo. Uno de los momentos más divertidos se produjo en Veenendaal, cuando la princesa Máxima se subió a una de las atracciones dispuestas para la ocasión: un pequeño barco con ruedas, bautizado en neerlandés "de witte bruid" (la novia de blanco), desde el cual se lanzó rampa abajo, para alegría de los locales.

La monarca se ha mostrado en todo momento contenta y participativa en las actividades festivas preparadas por la población de estas dos ciudades. Su profesionalidad a la hora de desempeñar su cargo, a pesar de sus preocupaciones familiares, ha aumentado su popularidad, siendo el miembro más popular de la Familia Real después de la princesa Máxima, según una encuesta divulgada hoy por la televisión holandesa.

"Hoy especialmente pensamos en el príncipe Friso y en su familia", afirmó el primer ministro en funciones, Mark Rutte, en su discurso televisivo, antes de desear a toda la población un día "relajado y sin preocupaciones".

Ésta era la primera vez que la familia real asistía a una celebración pública desde que el pasado 17 de febrero el príncipe Friso sufriera un grave accidente de esquí, que lo mantiene en coma. El segundo hijo de la monarca holandesa se encuentra hospitalizado en Londres. Por ese motivo su esposa, la princesa Mabel y sus hijas no estuvieron hoy presentes en la fiesta popular.

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Agobiada por dramas personales y nacionales, no piensa sin embargo en abdicar y, según las personas más cercanas a su vida, la reina Beatriz todavía disfruta su “cargo” y está decidida a continuar a la cabeza del país durante estas épocas difíciles, escribe el experto en la Casa Real, Ben Kolster.

A sus 74 años, la reina Beatriz sigue en activo, superando la barrera de los 73 años con la que dejó el trono su abuelo, el rey Guillermo III. La monarca lleva 32 años en el trono, mientras que su abuelo estuvo 41 años, aunque el récord recae en la reina Guillermina (1880-1962), quien reinó durante 50 años antes de abdicar en 1948 en Juliana.

Según Kolster, la cuestión de la sucesión ronda con intensidad cada vez que se acerca la fecha del 30 de abril, aniversario del reinado de Beatriz. "La leyes del Estado determinan que el monarca –y sólo el monarca- decide cuándo ha llegado el momento de abdicar", explica el especialista. "De modo que no tiene ningún sentido especular sobre la fecha de la partida de Beatriz. A pesar que algunos observadores de la Casa Real dicen saber más al respecto".

Pero, ¿cuáles podrían ser las posibles razones de Beatriz para tomar la decisión de abdicar como Jefa del Estado? ¿Su salud, tanto mental como física? Pero, por lo que sabemos, ambas están en buenas condiciones. Observadores cercanos a la Casa Real informa que la Reina todavía disfruta de su trabajo. ¿Circunstancias familiares? "Es sabido", explica Kolster, "que su voluntad es dejar que su hijo y su nuera disfruten lo más que puedan de su joven familia. Los recuerdos de sus días felices junto a Claus y los niños en el castillo Drakensteyn, representan en eso un importante papel".

Tampoco se cree posible que Beatriz abandone el trono justamente ahora que Holanda se encuentra en crisis institucional. La soberana sigue de cerca, y con preocupación la erosión de política estable de su país y el aumento de los partidos populistas. "Ahora que ha caído el Gabinete del primer ministro Mark Rutte, la crisis económica persiste y se han anunciado nuevas elecciones para comienzos de septiembre, seguramente pondrá toda su experiencia nueva vez más a disposición para intentar encarrilar nuevamente la nación", confirma Ben Kolster.


Una serie de TV sobre la reina

“Beatriz, Orange bajo ataque”, es el título de una serie de televisión de cuatro partes que será emitida este año en Holanda. La conocida actriz holandesa Willeke van Ammelrooy dará vida al personaje de una añosa Reina, abrumada por dramas personales y nacionales. La producción televisiva deja, al parecer, la impresión de que a la monarca le ha sucedido de todo durante su reinado, especialmente en su vida personal. La enfermedad de su marido, el Príncipe Claus, los problemas políticos alrededor del compromiso y posterior matrimonio de su hijo, el Príncipe Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta, la díscola sobrina Margarita de Borbón y Parma, y el atentado en Apeldoorn durante el Día de la Reina en 2009. Entretanto se ha sumado el dramático accidente de esquí sufrido por su segundo hijo, Friso.

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