4 de junio de 2012

Espectacular macroconcierto en el tercer día del Jubileo de Isabel II con una ausencia triste

[VIDEOS Y FOTOS] Un estelar concierto encabezado por Paul McCartney y Elton John frente al palacio de Buckingham marcó el tercer día de celebración del Jubileo de Diamante de Isabel II, durante el cual se encendieron también en su honor más de 4.000 almenaras artificiales en todo el mundo.








Elton John y Paul McCartney hicieron vibrar la noche del lunes a 250.000 espectadores en un concierto ante el palacio de Buckingham en el tercer día del Jubileo de Diamante de la reina Isabel II, empañado por la hospitalización del príncipe Felipe.

Una señal tranquilizadora sobre el estado de salud del Duque de Edimburgo fue la presencia de la soberana en este espectáculo en el que artistas de varias generaciones le ofrecieron un recorrido musical por las seis décadas transcurridas desde su entronización.

Robbie Williams fue el encargado de abrir el espectáculo con "Let me Entertain You" cuando el sol se ponía sobre la capital, pero el público, que no cesaba de agitar sus "Union Jacks", empezó a bailar sobre todo con los grandes éxitos de algunos veteranos del pop y del rock.

El "Crocodile Rock" de Elton John, visiblemente recuperado de su reciente infección respiratoria fue uno de los más aplaudidos. El cantante, que llevaba una chaqueta fucsia brillante, felicitó a la reina por su "increíble logro".

La veterana Shirley Bassey entonó el tema de James Bond "Los diamantes son eternos", muy apropiado para este Jubileo.



Varias decenas de cantantes llegados de toda la Commonwealth interpretaron "Sing", una canción coescrita para la ocasión. El príncipe Enrique, que participó en la grabación, no les acompañó sin embargo en el escenario.

En otro momento estelar, el grupo Madness, que se encaramó al techo del palacio para interpretar dos de sus temas más conocidos, "Our House" e "It Must Be Love", mientras en la fachada se iban proyectando espectaculares imágenes animadas con personas, lazos o corazones.

En la última actuación de la noche, el ex Beatle Paul McCartney resucitó dos temas de los Beatles, incluido "Obladi Oblada", que levantó de sus asientos a todos los miembros de la familia real, con excepción de la reina.

Luciendo un vestido dorado, Isabel II subió entonces al escenario junto con el príncipe Carlos, quien la describió como una persona "muy especial".

"Lo único triste de esta noche es que mi padre no pudo estar aquí con nosotros porque desafortunadamente está enfermo", agregó el heredero ante una reina monarca emocionada cuando el público empezó a corear "Felipe, Felipe...".

Menos de tres horas antes del inicio, el palacio de Buckingham anunció que el Duque, que cumplirá 91 años el domingo, fue ingresado en un hospital de Londres como "medida de precaución tras sufrir una infección de la vejiga".

El príncipe permanecerá "bajo observación, durante varios días", precisa el comunicado que agrega que se siente "decepcionado" por perderse el resto de los festejos del Jubileo.



El domingo, acompañó a la soberana en la barcaza Real que encabezó la histórica procesión de mil barcos en el Támesis, celebrada bajo una intensa lluvia y temperaturas casi invernales, permaneciendo de pie durante horas.

La noticia de la hospitalización del Duque, después de otra durante las pasadas fiestas navideñas en las que tuvo que ser operado de urgencias de una obstrucción de una arteria coronaria, corrió como la espuma entre el público que esperaba para el concierto, y causó consternación.

"Es casi tan importante para la monarquía como la reina, lamentó uno de ellos, Nigel Hainsworth. Ha estado a su lado durante 60 años".

Elton John tenía una explicación para la ausencia del príncipe. "Odia la música pop, o sea que fue una treta. ¡Cualquier cosa para salvarse de un concierto pop", declaró a la BBC.

La reina, que llevaba visibles tapones de en las orejas, prendió desde el escenario con un gran diamante de cristal la Almenara Nacional, una llama de 6 metros de altura, mientras sonaba el himno y el palacio se cubría con los colores de la bandera nacional.

Unas 4.200 debían encenderse en esta jornada en todo del mundo, de Tonga a las islas Malvinas, pasando por el hotel de Kenia donde la joven princesa fue informada de la muerte de su padre el 6 de febrero de 1952.

La reina abrió por la tarde sus jardines a las 10.000 privilegiados elegidos por sorteo para un picnic preparado por el famoso chef británico Heston Blumenthal y el cocinero real Mark Flanagan, y compuesto por salmón ahumado escocés, una versión revisitada del "Pollo coronación", y un 'crumble' de fresas procedentes de una de las residencias reales.

Los festejos culminarán el martes con una misa de acción de gracias en la catedral de San Pablo, un recorrido de la reina en carroza por el centro de Londres y una aparición en el balcón del palacio.





































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