17 de junio de 2012

La Casa de Al-Saud despidió al principe Nayef y se prepara para elegir nuevo heredero

Arabia Saudita enterró este domingo al príncipe heredero Nayef bin Abdulaziz, fallecido el sábado en Suiza a los 79 años, y se apresta a designar a su sucesor, con el príncipe Salman ben Abdel Aziz que aparece como el más probable.







Los restos del príncipe Nayef bin Abdulaziz, heredero del trono saudita, llegaron a la ciudad de Yida este domingo después de su muerte en Suiza a los 78 años y fueron recibidos en el aeropuerto por numerosas autoridades y miembros de la familia real saudita.

Después de la oración musulmana del atardecer, el cadáver de Nayef fue envuelto en el Mushalah, túnica tradicional de la monarquía saudita, y sus hijos y nietos lo llevaron a hombros en medio de los rezos que encabezó el imán de La Meca, Saud al Sharim. El cadáver de Nayef fue trasladado después al Cementerio de Al Adl (La Justicia), a 1.500 metros de la Gran Mezquita de La Meca, donde fue enterrado, según había dejado escrito en su propio testamento.


Según la tradición, el sepulcro del príncipe Nayef no debe poder ser distinguido del resto, porque está estipulado que tiene que ser muy modesto. Tras ser enterrado, los participantes se dirigieron hacia el Palacio Real en la ciudad de Yeda, a 70 kilómetros de La Meca, para recibir al resto de los líderes políticos que no pudieron acudir al funeral.

Solo está permitido entrar en La Meca a los musulmanes, por lo que únicamente los altos cargos de los países árabes consiguieron estar presentes en el funeral. Entre los dirigentes políticos asistentes a las exequias se encontraba el mariscal Husein Tantaui, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto, pese a que hoy se celebra la última jornada de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales egipcias.





Además, asistieron el emir Sabah al-Ahmad de Kuwait, el emir Hamad Bin Jalifa al-Thani deQatar, el primer ministro libanés, Nayib Mikati, y el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi. Otros mandatarios presentes fueron los presidentes de países africanos como Chad, Idriss Debi, y Somalia, Sherif Sheij Ahmed, o los primeros ministros de Pakistán, Yusuf Reza Gilani, y el jordano, Fayez Tarauneh.

El octogenario rey Abdallah encabezó los funerales de su hermano, y las imágenes de la televisión saudita lo mostraron encorvado y apoyado en un bastón. La salud es un asunto de honda preocupación en el círculo íntimo del poder saudí y enfatiza el contraste entre la dirigencia nacida en los albores de la gran época petrolera del país y la población actual, donde más de la mitad tiene menos de 25 años.

Entre los asistentes al sepelio se encontraba también el candidato con más posibilidades de suceder ahora al rey, de 89 años, el príncipe Salman, de 76 años, otro hijo del fundador del país Abdulaziz Ibn Saud. El nuevo príncipe de la corona se convertirá en heredero de un monarca envejecido en un momento en el que el país se enfrenta a una serie de desafíos internos y externos.

Aunque el Ministerio del Interior, que fue dirigido por el fallecido príncipe Nayef durante 37 años, aplastó la presencia de Al-Qaeda en el reino, el brazo de la red islamista en Yemen juró derrocar a la familia gobernante Al-Saud y conspirado para perpetrar ataques en el país. Además, los gobernantes sauditas han tenido que lidiar con agitaciones en zonas pobladas por la minoría musulmana chií y con un persistente desempleo entre los más jóvenes.

El reino también está inmerso en una rivalidad regional con Irán, regido por chiís. En la delegación que recibió en el aeropuerto de Yida los restos del príncipe también estaba el ex primer ministro libanés Saad al-Hariri, en representación de la alianza musulmana suní que Riad cultiva contra Teherán.


"Pedimos a Alá que ayude al rey Abdallah a elegir a la persona correcta que pueda llevar la carga de esta posición en este momento difícil tanto a nivel de la nación árabe como en la comunidad islámica", dijo el príncipe Mishaal bin Abdullah bin Turki al-Saud, presidente del "Consejo de la Lealtad", formado por 35 parientes varones del rey Abdallah y encargado de escoger al nuevo heredero del trono.

Salman, visto como un pragmático con conocimiento del intrincado equilibrio entre los príncipes sauditas y los intereses del clero que dominan la política, fue nombrado ministro de Defensa el año pasado. Es poco probable que la designación de un nuevo príncipe de la corona cambie la postura del reino sobre política exterior o interna, pero podría tener influencia en el curso de las cautelosas reformas sociales y económicas lanzadas por el rey Abdullah.

"Ciertamente van a continuar centrándose en las relaciones con Estados Unidos y seguirán haciendo esfuerzos por gestionar apropiadamente sus vastos recursos petrolíferos", dijo Robert Jordan, que fue embajador estadounidense en Riad entre 2001 y 2003.

Fallecimiento. El príncipe Nayef, hermanastro del rey Abdallah, falleció por "problemas cardíacos" cuando se encontraba en Suiza, en la residencia que perteneció a su hermano el príncipe Sultán, un octogenario fallecido en octubre de 2011 y al que había sucedido como príncipe heredero. El fallecimiento del segundo príncipe heredero en ocho meses ilustra el envejecimiento de la dinastía de los Al Saud, que dirige la principal potencia petrolera mundial.

Sucesión. El rey Abdallah tendrá que presentar a un candidato ante el llamado Consejo de la "Baiya" (fidelidad), formada por miembros de la familia real, aunque no está obligado a acatar sus decisiones. El "Baiya" está compuesto por 35 descendientes del fundador de Arabia Saudí y fue creado con el objetivo de asegurar el traspaso del poder dentro de la familia Al Saud. Este consejo está formado por 35 príncipes y presidido por el miembro de la dinastía Al Saud de mayor edad, el príncipe Mishaal Bin Abdulaziz, otro hermanastro del rey. La Ley Básica saudí, adoptada en 1992, declara que los reyes de ese país, fundado en 1933, deben ser descendientes de Abdelaziz al Saud, y que las normas fundamentales -en un Estado sin Constitución- se basan en la "sharía" (ley islámica). 



Condolencias españolas. El rey Juan Carlos de España viajará el lunes a Yeda, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para expresar las condolencias a la familia real saudita. Tras el fallecimiento del heredero saudí, don Juan Carlos envió ayer un telegrama de condolencia al rey Abdallah, y otro, firmado por él y la reina Sofía, dirigido al hijo del príncipe fallecido. Un tercer mensaje de pésame fue remitido por el heredero español, el príncipe de Asturias, y su esposa, la princesa doña Letizia.



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