2 de junio de 2012

El Jubileo de Diamante, un espectacular desafío para Scotland Yard

Con cuatro días de festejos, una procesión fluvial, un desfile en carroza y un macroconcierto al aire libre, el fin de semana del Jubileo es un quebradero de cabeza para la policía británica y un ensayo general a menos de dos meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos.





Scotland Yard se prepara desde hace 18 meses, con la experiencia adquirida el año pasado en la boda de Guillermo y Catalina, considerada un éxito.

"Los problemas que podemos enfrentar son múltiples. Va desde gente atrapada entre la muchedumbre y personas enfermas hasta todo lo que puede pasar en una capital de este tamaño, pasando por un atentado terrorista", explica Stephen Kavanagh, subcomisario adjunto de la Policía Metropolitana, el nombre oficial de Scotland Yard. "Pero pensamos estar preparados para cualquier eventualidad y tenemos confianza".

Durante el apogeo de las celebraciones, hasta 6.000 agentes estarán movilizados para garantizar la seguridad del Jubileo de Diamante, incluidos los de paisano, es decir unos 1.000 más que durante la boda del año pasado.

Hay que decir que la amenaza terrorista está todavía muy presente en Londres tras los atentados que causaron 52 muertos en 2005.

Y el programa del Jubileo tiene algunos momentos delicados, como el gigantesco concierto al aire libre organizado frente al palacio de Buckingham, o los miles de picnics improvisados que podrían reunir a millones de personas.

Sin olvidar la procesión de carrozas de la reina y su familia por las calles de la capital, escoltada por la policía montada.

La policía vigila también desde hace algún tiempo a "los fanáticos obsesionados por la corona", según el Times.

Pero el acto que más preocupa a los policías en este largo fin de semana, más incluso que la inauguración de los Juegos Olímpicos el 27 de julio, es la procesión sobre el Támesis.

Seguida por hasta un millón de espectadores, una flotilla de un millar de embarcaciones, en medio de la cual destaca la barcaza real, bajará lentamente el río durante cuatro horas.

Antes de la salida, los especialistas registrarán los barcos, las orillas, los 14 puentes (cerrados al público para la ocasión) bajo los cuales pasarán, como luego también el escenario del concierto o el recorrido de la procesión. Un equipo de hombres rana inspeccionará el río.

En el agua, 190 barcos con militares, bomberos y policías se encargarán de los primeros auxilios y de la seguridad.

En tierra, unos 5.500 miembros de las fuerzas del orden y 7.000 voluntarios protegerán el recorrido.

El incidente de la regata de remo Oxford-Cambridge a principios de abril, cuando un espontáneo se tiró al agua delante de los barcos frente a los servicios de seguridad, tampoco se ha olvidado.

En sus "preguntas más frecuentes" sobre el Jubileo, los organizadores no han olvidado mencionar las "medidas previstas si alguien trataba de perturbar el desfile nadando en el Támesis".

La respuesta: "los equipos en los barcos encargados de la seguridad estarán allá para solucionar el problema como es debido".

En abril, el jefe de Scotland Yard había sido menos afirmativo ante una comisión parlamentaria: "Hay un límite en lo que se puede hacer cuando hay acontecimientos como el Jubileo o los Juegos Olímpicos que se celebran en el ámbito público".

 

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