17 de mayo de 2012

Roces diplomáticos y polémica dan el marco al gran "banquete de reyes" del Jubilleo de Isabel II

GRAN BRETAÑA | El almuerzo oficial ofrecido el viernes por la reina Isabel II en el castillo de Windsor con motivo de su Jubileo de Diamante podría verse opacado por la polémica debido a la asistencia prevista de los reyes de Bahréin y de Suazilandia, y a la ausencia de los monarcas españoles.


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El almuerzo oficial ofrecido el viernes por la reina Isabel II en el castillo de Windsor con motivo de su Jubileo de Diamante podría verse opacado por la polémica debido a la asistencia prevista de los reyes de Bahréin y de Suazilandia, y a la ausencia de los monarcas españoles.

La reina Sofía, esposa de Juan Carlos I de España, canceló su viaje horas antes de su partida debido a la tensión con el Reino Unido por la próxima visita del hijo menor de la soberana británica, el príncipe Eduardo, a Gibraltar, y un conflicto pesquero con esa colonia británica.

Un portavoz de la Casa Real informó el miércoles que el gobierno español consideró "poco adecuado que en las actuales circunstancias" que la reina participara en el almuerzo, en lo que la prensa británica tildó casi por unanimidad de "desaire".

«El desaire jubileo de España a la Reina». Así titula el diario conservador The Daily Telegraph la portada de su edición de hoy jueves, que ilustra con una imagen de archivo de la reina Sofía.

La prensa inglesa ha tomado nota de la repentina cancelación de su viaje a Londres este viernes para asistir a un almuerzo ofrecido por la Reina de Inglaterra, y grita «desplante».

«La Reina Sofía de España ha sido obligada a rechazar una invitación de la Reina [de Inglaterra] a un almuerzo por el Jubileo de Diamantes debido a la escalada diplomática por Gibraltar», escribe el Telegraph en portada, que destaca que la cancelación se produce a solo 48 horas de la que será, este viernes en Londres, la mayor reunión de reyes reinantes en diez años.

El diario monárquico cita a Juan Carlos Zamora, «un portavoz de Zarzuela», que explica que «si el Gobierno piensa que un viaje no es recomendable, lo deja saber».

The Times, por su parte, dedica casi una página de su edición impresa al asunto, con el mismo titular: «Desaire de España a la Reina». Su corresponsal en Madrid recuerda que el ministerio de Exteriores convocó la semana pasada al embajador del Reino Unido en Madrid, Giles Paxman (hermano de uno de los periodistas más influyentes en Gran Bretaña), para expresarle su protesta por la anunciada visita del Príncipe Eduardo de Inglaterra, hijo menor de Isabel II, al Peñón.

También el tabloide The Sun se hace eco de lo que también califica como «desaire» a la Reina. Todos ellos recuerdan anteriores roces debido siempre al conflicto por Gibraltar, especialmente cuando en 1981 el rey Juan Carlos y la reina Sofía rechazaron la invitación a la boda del príncipe Carlos y Lady Di.

El palacio de Buckingham no ha publicado la lista de invitados al banquete en este castillo cercano a Londres, limitándose a decir que se compone de "monarcas soberanos" del mundo y sus cónyuges.

Obviamente, tampoco comentó esta anulación, que se produce después de que el rey Juan Carlos, que inicialmente tenía que acompañar a su esposa, descartara su presencia tras las operaciones a las que se sometió en abril a raíz de una accidentada cacería en Bostuana.

Sin embargo, esta fue sólo la última polémica que ha rodeado el almuerzo oficial del 60 aniversario de la entronización de Isabel II, a la que además de la reina y de su marido, el príncipe Felipe, asistirán otros miembros de la familia real británica encabezados por los dos hijos del príncipe Carlos, Guillermo, acompañado de su esposa Catalina, y Enrique.

El mayor escándalo lo provocó la presencia esperada del rey de Bahréin, Hamad Bin Isa Al-Khalifa, cuyo régimen ha sido duramente criticado por la violenta represión de la revuelta que desde febrero de 2011 se cobró decenas de vidas.

Varios grupos de defensa de los derechos humanos compararon esta visita con una de Muamar Gadafi o de Saddam Hussein, los antiguos líderes de Libia e Irak.

Peter Thatchell, un conocido militante de derechos humanos, consideró "escandaloso" que el palacio haya convidado al rey de Bahréin, y a otros "tiranos reales". "Invitar a déspotas manchados de sangre deshonra a nuestra a monarquía y empaña las celebraciones del Jubileo", agregó.

En abril pasado, las críticas de la prensa y las amenazas de manifestaciones habían forzado al heredero de Bahréin, el príncipe Salman bin Hamad Al Jalifa, a declinar su invitación a la boda del príncipe Guillermo y Catalina.

En la foto oficial estará también el rey de Suazilandia Mswati III, acusado de llevar una vida de derroche mientras su pueblo se muere de hambre.

Ayer varias decenas de personas, entre ellas un grupo de suazis residentes en Londres, se manifestaron frente al hotel donde según dijeron se aloja.

Otro jefe de Estado que ya se encuentra en la capital para el evento es el emperador de Japón Akihito, de 78 años, que acompañado de su esposa Michiko visitó tranquilamente este jueves el jardín japonés de Holland Park.

El resto deberían sumarse en las próximas horas.

Después del almuerzo, algunos de los invitados continuarán la celebración en la cena que ofrecerán el príncipe Carlos, heredero del trono, y su esposa Camila, a los representantes de las distintas dinastías en el palacio de Buckingham, la residencia oficial de la soberana en Londres.

Los dos actos se enmarcan en las celebraciones por el Jubileo de Diamante, que marcan los 60 años de la entronización de Isabel II, el 6 de febrero de 1952, y que alcanzarán su máximo apogeo el primer fin de semana de junio.

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